Toda religión tiene un sistema de creencias. Cada religión enseña o expone sus propias verdades acerca del mundo, acerca de la humanidad y acerca de Dios o de los dioses tal como dichas verdades son interpretadas desde esa misma fe. Estas creencias también explican cómo lograr la salvación o la iluminación y por qué estos son metas importantes del camino espiritual. En estas creencias fundamentales dan origen a sus dirigentes.
a otras creencias que establecen la autoridad religiosa y través de sus sistemas de creencias, las religiones predican sus verdades acerca de la vida y de la muerte, el dolor y la esperanza. Estas creencias dan sentido a la vida de sus seguidores y alimentan su esperanza en medio del sufrimiento.
Las creencias son ideas que dan identidad a cada religión. De los 3 componentes de toda religión (creencias, culto y moral), las creencias fundamentan y dan forma a la moral y al culto.
Sabemos por experiencia propia que la manifestación o presencia de un fenómeno provoca en quienes lo siente una determinada actitud. Esta experiencia nos puede ayudar a entender el punto de partida de la religión.
explican cómo deben ejercerla sus dirigentes.
En el judaísmo, el nombre de Dios tiene 4 letras hebreas, YHWH, y es impronunciable. Algunos lo traducen por Yah-weh o Yahvé, aunque ningún judío usa esta palabra, pues está prohibido usar el nombre de Dios. Algunos judíos ni siquiera escriben la palabra Dios y la remplazan por las consonantes como una manera de recordar que el poder de Dios no cabe ni puede ser encerrado en unas letras de una palabra. Por eso cuando el nombre de Dios aparece en la Biblia judía, se dice otra palabra, Adonai, que significa “mi Señor”. Pero la biblia tiene otros nombres para Dios que si pueden ser pronunciados, como Elohim y el Sadday.
Designamos con el nombre de Misterio esa realidad anterior y superior al hombre cuya presencia se percibe en el ámbito de lo sagrado y que invita a una reorganización de la vida de la persona. No se trata, pues, de una verdad, de una idea o de un concepto que se pueda descubrir o aprender, sino de una presencia vivida. En la experiencia religiosa, , su presencia es absolutamente real, indudable, pero al mismo tiempo es indemostrable ya que no es posible recurrir a ninguna prueba de tipo racional que demuestre de un modo absoluto esa presencia. Es absolutamente distinto y superior al hombre, es "lo totalmente Otro" en contraste con lo mundano y natural; es, por tanto, trascendente. Y, sin embargo, se le siente cercano, íntimo en lo más profundo de la persona. Esa absoluta trascendencia y omnipresencia produce un sentimiento de empequeñecimiento, incluso de cierto temor y amenaza. Pero al mismo tiempo representa un valor incalculable para la persona religiosa. A esta realidad suprema se le ha dado el nombre genérico de Dios aunque recibe multitud de apelativos distintos: divinidad, lo divino, realidad última, trascendencia, espíritu, totalmente otro, lo absoluto, etc.
Sagrado significa "separado", y lo que es sagrado ya no puede ser tratado de cualquier forma porque ya no pertenece al mundo natural, sino a Dios. Ha sido separado de las demás cosas por esa "presencia" del más allá. Las cosas sagradas son distintas porque representan "algo", porque vienen de "algún sitio" más allá del mundo que se ve. Aquello que se ha convertido en sagrado está como "habitado" por esa realidad del más allá; es como una puerta hacia esa otra realidad superior que llamamos Dios, Misterio o Ser Superior. Lo sagrado es como una dimensión dis¬tinta que se manifiesta en la realidad que vemos pero que está más allá de ella. Lo sagrado atrae y al mismo tiempo produce cierto temor, pero la persona religiosa se acerca a él porque de ese con¬tacto espera recibir fuerza, energía, salvación en definitiva.
Lo sagrado se manifiesta siempre como una realidad de un orden totalmente diferente al de las realidades "naturales". E1 hombre entra en conocimiento de lo sagrado porque ¿e manifiesta, porque se muestra como algo diferente por completo a lo "profano". Es la manifestación de algo "completamente diferente", de una realidad que no pertenece a nuestro mundo, en objetos que forman parte integrante de nuestro mundo "natural", "profano" Entonces no se trata de la veneración de una piedra o de un árbol "por sí mismos". La piedra sagrada, el árbol sagrado, no son adorados en cuanto a tales; lo son precisamente por el hecho de ser "hierofanías", por el hecho de "mostrar" algo que ya no es ni piedra ni árbol, sino "lo sagrado". Al manifestar lo sagrado, un objeto cualquiera se conviene en "otra cosa" sin dejar de ser "él mismo", pues continúa participando de su medio circundante.
Zaqueo, el recaudador de impuestos
1 Jesús llegó a Jericó y comenzó a cruzar la ciudad.2 Resulta que había allí un hombre llamado Zaqueo, jefe de los recaudadores de impuestos, que era muy rico.3 Estaba tratando de ver quién era Jesús, pero la multitud se lo impedía, pues era de baja estatura.4 Por eso se adelantó corriendo y se subió a un árbol para poder verlo, ya que Jesús iba a pasar por allí. 5 Llegando al lugar, Jesús miró hacia arriba y le dijo: —Zaqueo, baja en seguida. Tengo que quedarme hoy en tu casa. 6 Así que se apresuró a bajar y, muy contento, recibió a Jesús en su casa.7 Al ver esto, todos empezaron a murmurar: «Ha ido a hospedarse con un *pecador.»
8 Pero Zaqueo dijo resueltamente: —Mira, Señor: Ahora mismo voy a dar a los pobres la mitad de mis bienes, y si en algo he defraudado a alguien, le devolveré cuatro veces la cantidad que sea.
9 —Hoy ha llegado la salvación a esta casa —le dijo Jesús—, ya que éste también es hijo de Abraham.10 Porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.
Lo que convierte a una persona en religiosa no es solamente el "sentimiento" de Dios que pueda aparecer en la vida. Se requiere una actitud de respuesta que reconozca al Misterio como valor central y que busque la propia salvación en él. Si no se va más allá de la mera curiosidad o de un sentimiento más o menos esporádico, no hay religión. La actitud religiosa busca en la comunión y en la cercanía del Misterio la salvación, y por eso la persona se confía en las manos de esa realidad suprema. Esto conlleva inevitablemente un cambio en la forma de vida. La actitud religiosa se caracteriza en definitiva por una confianza en el ser supremo del cual se espera una mayor felicidad. Como consecuencia de esa confianza, la persona con una actitud religiosa positiva se entrega, y esta entrega se manifiesta en el uso de determinados medios para relacionarse con el ser supremo.
Manifestaciones de la actitud religiosa. Las mediaciones
Hemos visto que la persona que tiene una actitud religiosa reconoce en Dios su salvación y que, por tanto, desea vivir en comunión con él Ahora bien, ¿cómo se expresa esa actitud religiosa?, ¿qué mediaciones utiliza para mantener contacto vital Dios? A todos estos medios que las personas utilizan para relacionarse con Dios se les llama mediaciones. Vamos a estudiar cuatro más importantes: Mitos y relatos, Ritos y fiestas, Oración y Moral.
MITOS Y RELATOS
La persona que desarrolla su actitud religiosa, lo hemos dicho, se siente salvada por Dios, A partir de ese momento, ese Dios se convierte en elemento central de su vida; y cuando le surgen preguntas, interrogantes sobre las cuestiones de la vida, busca las respuestas en esa relación con Dios. Así nacen los mitos. El mito religioso es un relato situado en el pasado remoto que tiene como finali¬dad explicar el porqué y el para qué de todo lo que existe. En los mitos, Dios sue¬le aparecer como el personaje más importante. Además de los mitos, en muchas religiones existen diferentes relatos en los que se contiene la vida y las enseñan¬zas más importantes del fundador. Desde el punto de vista literario, los mitos y relatos pertenecen al género épico.
RITOS Y FIESTAS
Ya hemos visto que el objetivo de la persona religiosa es estar unida a la divini¬dad; esa divinidad que creó la tierra, que salvó a un pueblo, que dio la vida. ¿Cómo hacer hoy presentes esas intervenciones pasadas de la divinidad que nos narran los mitos y los relatos de las diferentes religiones? Para responder a esta necesidad surgen los ritos, manifestación, junto con los mitos, de la actitud reli¬giosa.
Los ritos son acciones de carácter simbólico (que representan y expresan algo) que se repiten siempre según un esquema fijo y que en contacto a la persona con la divinidad. La función de los ritos es hacer presente la acción divina para que los que participan estén unidos a Dios. Desde el punto de vista literario, los ritos pertenecen al género dramático: son como unas representaciones teatrales con personajes y escenarios.
ORACIÓN
Hemos visto que la persona religiosa entra en comunión con el Misterio en los ritos, pero todavía queda otra manifestación de la actitud religiosa, más personal, por la cual el creyente se comunica directamente con la divinidad: la oración. Ésta es probablemente la expresión religiosa más típica.
La oración es la palabra por la que la persona religiosa eleva su mente, su corazón y todo su ser hacia el ser supremo en una alabanza, una súplica, e incluso, a veces, en una queja. Constituye probablemente la expresión religiosa más típica y auténtica. La oración brota de un sentimiento profundo de amor y de dependencia, por esa razón la oración no debería ser una repetición de frases sin sentido, sino una especie de comunicación con ese ser transcendental. Si el mito es épica y el rito dramática, la oración es lírica.
MORAL
Al analizar en el apartado anterior la actitud religiosa decíamos que siempre supone un cambio de conducta. En efecto, aceptar la salva¬ción que trae la divinidad provoca una moral determinada. La ética y la moral son también una manifestación de la actitud religiosa.
Esa relación que la persona con actitud religiosa positiva establece con Dios se manifiesta en determinadas conductas. La persona se siente transformada por esa relación y, por tanto, actúa según esa relación con Dios. Sin embargo, la reli¬gión no se puede reducir a la moral. El núcleo de la religión es esa relación que se establece con Dios, no las conductas establecidas que se pueden seguir incluso sin ser creyente.
A partir de estas 4 mediaciones (Mitos y relatos, Ritos y fiestas, Oración y Moral.) busca en internet una religión e identifica como se manifiesta en ella estas mediaciones. Luego Identifica y describe momentos en los que TU practicas dichas mediaciones
Religión, superstición, magia, idolatría.
Otros elementos de las religiones son las supersticiones la magia y la idolatría.
Las supersticiones y leyendas son creencias irracionales que conviene distinguir de las verdaderas convicciones religiosas. A continuación, te proponemos la lectura de la leyenda del Silbón del Llano colombiano.
El silbido del diablo
Secundino Guanay, descendiente directo de los indígenas Achagua, trabajó como "caballicero" durante mucho tiempo. Un buen día, impulsado por la ambición, Secundino decidió hacerse rico a cualquier precio. Para lograr su propósito no dudo en matar a un sin fin de personas. La muer¬te de todas sus víctimas iba precedida de un sil¬bido aterrador.
Según la leyenda, Secundino Guanay murió vícti¬ma de su propia maldad. Una noche borrascosa, atraído por el silbido del mismo diablo, Secundino se ahogó en el río. Desde entonces, en noches oscuras sin luna, muchos llaneros asegu¬ran haber visto un jinete vestido de negro sobre un caballo del mismo color emitiendo un silbido que hiela la sangre de quien lo escucha.
Lee detenidamente estas definiciones y señala las diferencias entre ellas. ¿De quién parte la iniciativa en cada caso, del hombre o de la divinidad?
La idolatría consiste en tomar como absolutas realidades de nuestro mundo cosas que no son sobrenaturales ni trascendentes. Son simples objetos o seres naturales que son "divinizados" por el ser humano, que los constituye "ídolos".
La magia es el conjunto de actos que se realizan con el objeto de "dominar" las fuerzas ocultas y así orientarlas en beneficio del que realiza las prácticas mágicas. En ella, la persona busca su propio beneficio para satisfacer alguna necesidad. De este modo, el mago "somete" esos poderes superiores que no son más que mero instrumento en sus manos.
La persona supersticiosa cree que existe algo por encima de los seres humanos, una especie de fuerza oculta que puede no favorecerle, o incluso castigarle, si realiza ciertos actos que por tanto, hay que evitar.
Podemos llamar religión al conjunto de textos, prácticas y signos por los que el hombre y la mujer, trascendiéndose a sí mismos, entran en contacto con el Misterio Último de manera voluntaria porque creen que esa relación les traerá la salvación y, en definitiva, el sentido y la felicidad a sus vidas.
ELEMENTOS QUE CONSTITYEN UN FENOMENO RELIGIOSO
jueves, 6 de junio de 2013
Publicado por
Unknown
en
21:58
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